
Pierre y Cecil, dos viejos amigos, se reencuentran después de muchos años. Su conversación, entremezclada con recuerdos y reflexiones, está atravesada por la espera de un misterioso autor que nunca va a llegar. ¿O quizá ha estado presente desde el principio?
«Esencia» es una de las obras más enigmáticas de Ignacio García May, un laberinto de percepciones donde la realidad se tambalea y se torna difusa. Una invitación a la reflexión y al cuestionamiento de nuestras propias certezas, una exploración sobre la realidad que nos rodea.
«Esencia» es la inexistencia misma de lo real.
El director de escena y director artístico de Teatro Español Eduardo Vasco dirige a dos pesos pesados de la escena estatal que regresan al Gayarre una vez más: Juan Echanove tras «Ser o no ser» en 2022 y Joaquín Climent tras «Los hijos» en 2020.
SOBRE EL AUTOR Y LA OBRA
Ignacio García May se da a conocer teatralmente en 1986, con solo 21 años, cuando gana el Premio Tirso de Molina con «Alesio», una comedia de tiempos pasados, que se estrena al año siguiente en el Teatro María Guerrero. Desde entonces ha cultivado la escritura propia, ha realizado adaptaciones y versiones, y ha estado vinculado a la práctica teatral intensamente desde distintas disciplinas, además de realizar una importante labor pedagógica en la Resad, de la que fue director.
Su dramaturgia se caracteriza por plantear una reflexión crítica sobre la realidad, el teatro y la identidad siempre a partir de la decisiva influencia de los clásicos que se puede apreciar en títulos que ha publicado o estrenado como «El dios tortuga», «Los vivos y los muertos», «Sofía», «Lalibelá», entre otros.
ZUZENDARIAREN OHARRAK
«La voz de Ignacio García May se ha caracterizado siempre por una extraordinaria capacidad de fabular, sustentada desde un amplio conocimiento tanto de lo humano como de lo ficcional, y por una prosa dialogada elegante, contundente y directa. Pero sobre todo ha sido un escritor que ha defendido su independencia por encima de políticas, modas, conveniencias o moldes.
Esencia, la obra que estrenamos esta temporada, se define ya desde el propio título, y casi podríamos decir que es la obra programática de Ignacio. Una historia determinante, donde todas las cartas de su dramaturgia quedan boca arriba. Un texto que habla sobre la realidad (o las realidades) y sobre la importancia del lenguaje (algo que olvidamos cada vez con más frecuencia), y que no sólo transmite pensamiento y belleza, sino que tiene esa rara capacidad —sólo aparece en las grandes obras—de transportarnos y transformarnos.
Y cuando uno se encuentra con un texto así tiene pocas posibilidades de escapar de la necesidad imperiosa de llevarlo a escena porque nos retrata y, a la vez, plantea cuestiones fundamentales que nos inquietan, y lo hace desde la inteligencia, sin recurrir al dogma o a la habitual receta fácil.